Cuando tú naciste, mis ojos se llenaron
De un fulgor maravilloso y que en cada
Día rejuvenecía mi sentido por la vida.
Cada instante era un cuento, donde tu
Me veías como un mago o un campeón.
Para ti era la gloria y tú mi gran amor.
¡Oh!, que emoción sentía, al poner
Mi oído en ese enorme caparazón
Donde tu madre alimentaba,
De la savia nutrida
Para dar latido de vida,
de tu pequeño corazón.
En esos tiernos primeros días, mi alma
Muchas veces desprotegida, de tantas
Luchas de esta vida, se fundía en la tuya
Y así recuperar mi fuerza podía
En cada gesto de tu risa o simplemente
Al cerrar tus ojos y con arrullos
En mis brazos, te dormías.
Hoy vas a ser padre, tu vida ya no es mía
Y un nido de amor ya has construido y con un
Ser maravilloso Dios Padre te ha bendecido,
Que sembrará capullos de rosas tibias y
Mágicos Corceles que galoparan por praderas
Donde Gustavo el Español derrotara a los enemigos
Que quieren llevarse a la princesa que es
Tus ojos y tu brillo
Tu sangre y tu delirio
Serás fuerte y débil, Padre hijo y hermano,
Esposo dueño de un amor de una mujer
que ha vertido en ti, toda su fuerza creadora
Con una vida que viene
A dormir en tus brazos, con suaves arrullos
De alondras dormidas.
Dedicada a mi hijo que pronto será Padre y vivirá la
Gloria, que su viejo ya la ha vivido desde el día
Que escucho a sus hijos decirle PAPA.