Yadira Murta

No se puede amar sin ser un santo

 

No se puede amar sin ser un santo

 

porque el amor tiene eso que ennoblece

 

dándose al otro, pues se compadece

 

y anhela verlo bien por todo encanto.  

 

 

 

Habrás ido más allá del espanto

 

-¿y quién podrá negar que eso enaltece?-

 

cuando al sentir el frío que estremece

 

te enardezca el amor a ser un manto

 

.

 

Mas, de estas cosas, ¿quién es suficiente?

 

¿Se puede ser amor y ser humano,

 

ser débil, egoísta, libertino?

 

 

 

Asomará el amor, esa simiente

 

que te hace ver al otro tan cercano,

 

si en el humano nace lo divino.