Bernardo Bosquez Minjares

Alma en pena

 


Con desdén miro a la gente caminar, y me pregunto, que paso, que hay de mí, que hay de mi alma, que sucedió en aquel sombrío valle donde lo único que llenaba de luz era tu sonrisa. 
Y ahí me encuentro, desolado, a la sombra de aquel enorme roble que rompe el viento con sus enormes ramas como diciendo, ‘‘aquellos días nunca volverán’’ los días en que solía latir el corazón, los días en que había felicidad, ahora, ahora solo queda el hueco vacío donde solía hallarse mi corazón.
Este se encuentra en sus manos por completo, y es totalmente maleable a tus gustos y exigencias, y de ahí parte mi dolor hacia el horizonte, esperando una señal que me haga volver a la vida y regrese a su funcionamiento mi alma.
Esperanza, es lo último que me queda.

¡Cruzando el gran rió de la vida, cruzando hacia la tierra de los NO vivos!