Tragedia de una pasión irrefrenable, vertiginosa y arrolladora,
epidemia de un amor con visos de eternidad, contagio de amar
¿Quién a quien?- ¿Tú a mi o yo a ti? - que puede importar, fue.
Urgente abusivo , ilógicos e inverosímil, si premeditación,
Un derumbar de sentimientos, de una euforia irreverente, rayana en la muerte de una pasión descontrolada.
Delirante y compulsivo, muriendo en el mismo instante en que pienso en ti.
Es nacer y morir en un constante transitar de noches, días, soles y lunas.
Pero todo amor, tiene toques de fatalidad, que tarde o temprano,
Parte los corazones y arruga las almas.
Es poco lo que se puede hacer, mas allá de comenzar a transitar
la asficciante sensación, de una irremediable separación.
Especulo con una muerte instantánea, salvadora de esta atroz
sensación de lejanía, la tragedia del negro sueño del final está en mi.
Pero una lejana canción de amor llega a mis abrumados oídos,
un batir de alas y aromas de misteriosos azares queman
mis ya secos pulmones, una angelical mano seca mis gélidos sudores del averno.
Eres tú, me toca, me miras, me sonríes, me besas...
Inmaculada y virginal panacea, de esta desenfrenada epidemia de amor.
Lo eres todo....
Gracia, gozo, sangre, vida y muerte.
L.M