El humo ha quedado allá
en las noches negras.
Un ciempiés olvido las botellas.
Mi corazón el sí esperaba por mi.
Barcos persiguen estrellas,
el diario y la cama exploratoria.
Al centro la ciudad hastiada
rodea este bollo un ciego muriéndose.
Pequeñas escaleras traslucen
sueños de mayúsculas escaleras.
Subo y bajo un poco más lejos
un poco más cercas las estrellas…