¡Si! me decidí;
arreglaré y agregaré
lo que le falte,
buscaré las piezas que le sobren
y tiraré…
la lustraré,
y en un escaparate de la oferta
pondré mi alma en venta…
agridulce vida que me tiñe de tristeza,
es culpa de mi alma de emociones…
pero ya no,
me libraré de toda ofensa
que atravesó mi ser
dejando a la deriva a la muy cruel…
y así…
limpié y pulí,
acomodé el desorden inquilino
y fue en camino del comercio
que la vi…
mi alma alborotada se escapó
y pegó de lleno en una flor…
revisé mi decisión y dije ¡no…!
viendo a mi alma tan bonita
no pude mas que entrelazarla con otra
en puro amor.