Hemos envejecido juntos,
con el amor por delante,
con el corazón rebozante
por los logros del pasado
y los sueños del futuro.
Al unirnos ante Dios
apostamos a la felicidad,
la construimos
y hoy es una realidad
sustentada en nuestras hijas
y los nietos,
que pronto serán dos.
Daniel, que se acerca a sus dos añitos,
y Ema Lucía,
que en unos días estará con nosotros,
princesa y príncipe preciosos
que hacen y harán
de nuestras vidas un paraíso.
En verdad, mi amor de siempre,
me encanta decirle a la gente
que juntos,
gracias al Dios omnipotente,
!hemos construido la felicidad!