Nadie ha dicho que siempre amaneceremos juntos, déjame aunque sea
una mañana cada año, extrañar lo que una vez pude ser , que no me basta la escritura
ni mucho menos permanecer en silencio disminuyendo tu existencia.
Déjame disfrutar de esta soledad a la cual tengo que someterme, sí,
la mismísima soledad, tu compañera más fiel, y fiel a sí misma,
la que me da más razones para que estemos juntos.