Desde el corazón
y con la loca razón
de la enamorada juventud
enseña Teresa de Jesús
que hay que ver a Dios
en todas las cosas
y con perfecta renunciación
el trabajo hacerlo oración
para que así el alma gozosa
pueda ver la divina luz
que desprende la cruz
entre espinas y rosas
con la inmaculada virtud
de una recatada esposa
el alma coge su laúd
y su cabeza la reposa
con amorosa actitud
en el Señor de la plenitud
tocándole melodiosas
coplas alegres y hermosas
con la sublime altitud
que desciende y se posa
en los detalles y en las pequeñas cosas
a Catalina le dio altar
en cuatro versos fogosos:
\" oh engaño engañoso
y que sin amor
es querer sanar
viviendo el dolor\"