Sentada estoy junto a mi escritorio con lápiz y papel en mano.
Mi hoja esta en blanco.
Los renglones esperan frases que no llegan.
Mi mirada esta en el horizonte, allá a lo lejos, donde todo parece ser más bello.
En mi cabeza las letras revolotean tratando de formar palabras, pero no pueden,
son voladas por el soplo del viento como las hojas del otoño.
Mientras tanto cae la tarde y el sol se hace pequeño como una naranja hasta al final desaparecer.
Cuento estrellas en ese cielo infinito, infinito como las historias y cuentos que tengo para contar.
Solo me hace falta un oído de alguien que me quiera escuchar.
Tantos sueños, tantas cosas que viví y tengo por vivir.
Las sonrisas de mis hijos que alegran mi corazón, sus carcajadas.
Verlos crecer.
El tiempo pasa tan rápido y mi hoja sigue en blanco.
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