Diluz

Ya no quiso la tarde, y no pudo la noche.

 

Acallaba el verso y de su pluma la prosa,

de hermosas letras que otrora nacieran…

y cerraba la tapa de aquel libro, llorosa…

encerrando  poemas que a su amor le escribiera.

 

Pues llegada la ausencia, marchitaron sus  versos,

ya dormida su  rosa sobre la tinta sangre,

sentimientos cobardes de sentires adversos

esperaban la noche…decayendo la tarde.

 

Y decía su nombre, suspirando en silencio,

embriagada de aromas del jardín del recuerdo

que regaban las perlas de sus ojos cayendo

a morir en los labios de sus besos sedientos.

 

Ya no quiso la tarde y no pudo la noche

devolverle el cariño que se iba muriendo.

 

© Ley 11723 Autora Alicia Almeida*Diluz