Un suave beso,
de amor y ternura…
sus labios húmedos
que traen el paraíso.
Y mientras te elevas
en sublime sentimiento
la daga penetra
el centro del corazón.
Abres los ojos
y de tus entrañas
el dolor desea salir…
más su dedo ensangrentado
roza tu rostro.
Su mirada tierna,
su suave caricia…
se despedida romántica
de un amor fallecido.
El alma que se eleva
dejando a la dama,
dejando la daga,
dejando el cuerpo.
Y desde la altura observa….
a la mujer y su amante….
celebrando su libertad.