Son mis pasionales labios los que abrazan
tus labios fervorosa, ardientemente.
Es mi candorosa alma, la que cobija tu alma
para entrar en comunión cósmica
eternamente en el presente.
Son tus gastadas cobijas las que abrigan
mi brioso cuerpo cuando de frío tiemblo
y es tu vaho el que calienta mi seductora alma
y ansioso cuerpo prontamente.
Es tu matinal sonrisa cantarina
la que ilumina mi existencia
adornada con el brillo intenso
de tus ojos miel.
Al llegar la noche
la luna habla silenciosa
bañando de plata tu cabellera
en visos que golpean tus hombros
tus manos juegan seductoras con asombro
y te fundes a mi ser henchido de detalles
en un abrazo truncado de despojos,
navegando en el húmedo infinito de colores,
transparencias y viscosos sabores
y el amor también se acoge a la acción...
y la sensación nos lleva al azul profundo
del infinito cosmos de delicias
y pasiones sin fronteras en nuestro
inqueitos cuerpos de fundidas almas
hasta que llega el alba que se oculta
en las blanquesinas sábanas
que cubren débilmente nuestros cuerpos
henchidos de infinito anhelo
en el infinito campanero tiempo
sin distancia, eterno, efímero e impetuoso...
al llegar la noche entre fugaces luces de un aliento
se perfuma la oscuridad sin límites hasta el nuevo amanecer.