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150. AL LLEGAR LA NOCHE...

Son mis pasionales labios los que abrazan

tus labios fervorosa, ardientemente.

 

Es mi candorosa alma, la que cobija tu alma

para entrar en comunión cósmica

eternamente en el presente.

 

Son tus gastadas cobijas las que abrigan

mi brioso cuerpo cuando de frío tiemblo

y es tu vaho el que calienta mi seductora alma

y ansioso cuerpo prontamente.

 

Es tu matinal sonrisa cantarina

la que ilumina mi existencia

adornada con el brillo intenso

de tus ojos miel.

 

Al llegar la noche

la luna habla silenciosa

bañando de plata tu cabellera

en visos que golpean tus hombros

tus manos juegan seductoras con asombro

y te fundes a mi ser henchido de detalles

en un abrazo truncado de despojos,

navegando en el húmedo infinito de colores,

transparencias y viscosos sabores

y el amor también se acoge a la acción...

y la sensación nos lleva al azul profundo

del infinito cosmos de delicias

y pasiones sin fronteras en nuestro

inqueitos cuerpos de fundidas almas

hasta que llega el alba que se oculta

en las blanquesinas sábanas

que cubren débilmente nuestros cuerpos

henchidos de infinito anhelo

en el infinito campanero tiempo

sin distancia, eterno, efímero e impetuoso...

al llegar la noche entre fugaces luces de un aliento

se perfuma la oscuridad sin límites hasta el nuevo amanecer.


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