Esta noche la palabra es pensamiento,
flores cuyos pétalos el viento, amoroso,
dispersa en vaivén armonioso, por doquier.
¿Habrá en ello alguna parte de mi ser,
que así aleteando deposite en ti…
cual venturoso vuelo de algún colibrí,
mi anhelo, las visiones de un nuevo edén?
Un recuerdo vago de un futuro cierto;
velo que aún cubre mi luz interior,
pero sé que es cierto y a su esplendor
oriento mi mente para embriagarle mejor.
Allí, ten por seguro, las suaves hojas
nos cubrirán con su afelpada tersura,
amor adorador llenará nuestro sentido,
no habrá entonces ningún otro latido
que rompa la magia de aquel tiempo
dónde tú y yo, unidos, eterno ejemplo,
comeremos de todo árbol para bien.