Los labios descienden
congelados y en pedazos,
con su decadencia, ¡ah dolor!,
tiempo gris que oscurece la belleza
Luis Tejada Yepes
A Deliter
No fue la hora en que expiraba el día
ni aquella tarde en que soñé contigo
(no pudo ser mi mano tambaleante
al escribirte un verso confundido)
pero quizás sólo quizás
fue tu boca que lejana
me obsequió un beso callado, y en el esquema
se juntaban tus labios con mis labios
en una sola inspiración
que aún en el trayecto sentir pudiera
aquel beso callado que dormía…
¿Lo ves…? Fue tu beso
no la hora en que expiraba el día
ni la luz luminosa de tus ojos
ni tu vientre
ni tu mano vacía…
¡fue tu beso…! Que ni la distancia
kilómetros que separan nuestras vidas
han de borrar de mi boca su ambrosía.