marco augusto

Ambigüedades

 

 

Ambigüedades

 

Ya no hay esperanzas,

se marchitó el huerto

y del hogar aquel,

sólo quedan los mismos

 cardos que sembraste,

en el dormitorio de la morada.

Aún resuenan en

mis memorias,

las deslealtades,

aquellas que no creía.

Hoy el vuelto a pasar por la casa

y sigan intactos los

abrojos que sembraste

y las espinas que clavaste

en el alma mía.