Encerrado en mi paraíso extraviado lleno de ilusiones, esperando el abrir de puertas y ventanas nuevas; algún día todo se volverá realidad.
Mi verdadero ”yo” mi “yo” ideal tiene pelo corto, piernas robustas, voz ronca, torso amplio; cuando se siente agredido cierra los puños y aprieta sus muslos.
Mi “yo” actual, mi “yo” odiado, mi “yo” evitado tiene la cara rosada, piel tierna de orquídea salvaje, piernas débiles y le tiembla los labios cuando tiene miedo.
Mi jaqueca tiene nombre, insatisfacción; la naturaleza se equivoco conmigo.
El Escultor descubre formas en el granito, mis dedos auscultan, modelan
lentamente mis formas deseadas.
En mi realidad ideal no nace el sol ni se esconde la luna, brilla el cielo entero, pasean mujeres de colores, agraciadas, llenas de entradas, bultos y salientes;
baila la noche canta llena de perfume y labios húmedos.
Mi actualidad es triste, magra, gris, desierta; se cruzan miradas agresivas, palabras duras y destructivas. Mi cabeza cae sobre mis faldas, se llenan de lágrimas y lamentos.
En mis sueños vive mi “yo” preferido, perfecto; más allá del látex, el fino metal y píldoras.
Tengo la esperanza de ser “yo” mismo y no “yo” misma.
Por Walter Trujillo Moreno, Berlín, Alemania