No puedo imaginar
El dolor de tu ser
Cuando quise nacer
Y tu vientre quebrar
El mismo Dios, debió ser
Quien eligió tu vientre
Para sembrar la simiente
Que dio vida a mi ser
Fue tu divino pecho
Mi primer alimento
Cuando sentí el aliento
De mi primer beso
Con tu regazo santo
En noche de desvelo,
Tu devoción y anhelo
Supo callar mi llanto
Tus manos con ternura
Me dio cuidado a diario
cada cuenta en tu rosario,
Por mi pidió con dulzura
Recuerdo, siendo niño
Me acostaba en tus piernas
Mientras tus manos tiernas
Me hacían quedar dormido
Como pájaro en su nido
Recibiendo tu cariño
Con el pasar del tiempo
Me fui haciendo fuerte
Y aun tengo la suerte
De tu amor inmenso