En la oscuridad de tus aposentos
cuando junto a ella estés dormido,
profundamente en enseños;
dile que se siente vivir desolado.
Gritos y quejas retumban en tu mente
hacen tener presente el descontento;
animándote con ilusiones que ya no existen
das la vuelta evitando arrepentimiento.
Como cada mañana la puerta abres,
rutina despreocupada que invade tus días
refugiándote lejos de tu hogar inestable,
en trabajos arduos de jornadas completas.
Por las noches a su lado regresas,
contemplando lo que has sembrado
junto a esa persona que no amas,
recordás que fuiste mío en alma y cuerpo.
Envuelto en un amor que paraliza,
eleva, que exita y enamora,
con la versión del tiempo eterno;
la pasión de un momento efímero.
Cuéntame como se siente
estar tu vida compartiendo,
obligado más que por amor,
decisión que nos a costado
y que ya no tiene remedio.
Cuéntame, cuéntame...
que se siente ser prisionero,
de excusas tontas y malos entendidos,
entre caricias frías y besos falsos,
añorando estar en otro lado;
porque es así como me siento.