Desmiénteme.
Hazme decir de nuevo cuánto soy tuya, cuánto te debo, cuánto me debo a ti y cuánto te extraño.
Que éste maldito orgullo no se interponga más entre las ganas de sentirnos.
Sólo quiero que me tomes a la fuerza y me hagas hervir de pasión por ti.
Quiero olvidar ese ego que me ha obligado a alejarme y hacerme ajena a tus recuerdos.
Sólo necesito sentirte una vez más y hacer a un lado este peso de ira que carcome a los huesos.
Cada vez más pesado.
Cada vez ciega más.
Pero el corazón terco sigue al mando.
Sigue aquí extrañándote.
¡Anda!
Ven, atrévete a amarme sin importar que te odie y te ame con la misma intensidad.
Es algo que sólo tú puedes cambiar.