No deseo verte nítida
porque te desvaneces
en un absurdo compás
que predice antes de ser.
Presiento un atardecer
tras la trasera del auto,
un otoñal estremecimiento
que me lleva ininterrumpido
hasta el límite del deseo,
y nunca finiquita,
nunca,
nunca jamás.
Kabalcanty©2013