luisa leston celorio

(CUENTO) TRISTE REALIDAD

 

Angustias, hacia honor a su nombre, no tenía en su mente otra razón que vivir en los recuerdos de un pasado que estaba segura que nunca volvería, pero se empecinaba en relatarlo en alta voz para escucharse a sí misma. Esa era la perfecta manera de vivir por siempre angustiada.

De manera muy poética lo revivía mientras  desahogaba  en el aire sus tristes sentimientos.

-¡Oh mi amor! Como has podido alejarte de mí de esta cruel manera: un día te fuiste de mi lado sin ni tan siquiera  despedirte de esta tu fiel enamorada tras aquella noche fogosa adornada de deliciosas palabras, donde amores eternos me prometías mientras yo ingenua  de mí, por tus palabras me quedaba cautivada y ciega de amor tus discursos en mi corazón  guardaba.

Nunca más retornaste de ese viaje a no sé dónde, y que de mi vera  te alejó, mientras, yo por ti me sentía abandonada en las tinieblas de la desesperanza sin encontrar sosiego para mi mente y alma.

Te busco por doquier, más no te hallo, ahora comprendo que para ti sólo fui  un juego que tu lecho avivaba.

  Se me tornan los días penosos y las noches infaustas, mientras, mi vida se consume entre nebulosos pensamientos que vuelve mi existencia vacua.

El odio me  llego de manera improvista y  se instaló en mi alma, entonces el sufrimiento

se me volvió como la amarga  hiel que por mi sangre se derrama.

 Pese a mi empeño en  olvidarte  de mi mente no te saco, ni flagelando mi memoria

con historias que de mil y una maldades te acusan.

¡Oh cruel destino el mío! en la soldad de mi alcoba grito con desesperación porque no puedo olvidarte y  tu recuero me atormenta.

¿Por qué te fuiste de mi vera sin decirme palabra?-  una y otra vez me pregunto-,  y buscando consuelo, me engaño con  razones muy bien fabricadas, y así trato de consolar mis penas de mujer desesperada.

¿Quizás en un profundo sueño me hallaba   y no pude escuchar el susurro de tu tierna despedida?
 Así con estos pensamientos poso  mi cabeza en esa almohada que un día fue testigo de nuestras caricias y hermosas palabras.

En estos pensamientos Angustias estaba cuando Morfeo le acogió en su seno y  un dulce sopor le envolvió, y  por su mente discurrieron  imagines que denotaban inmensa  felicidad mientras danzaban al son de suaves  notas musicales salidas de violines que abrazaban. Aquellas esbeltas siluetas revestidas  con delicadas prendas de coloridos celestiales se le hacían aun más atrayentes a sus ojos encandilados por tanto resplandor.

Entonces, una tenue voz del abismo le llegó  regalándole dulces  palabras  a las que prestó su atención:

-Silencia tu mente angustiada y escucha tu corazón  de enamorada despechada, y encontraras la respuesta que brota de la razón, esa razón que no anega de dolor el alma y te dejará descansar de tanto desazón.

Desdeña los malos pensamientos que te enervan el sentir, y  encontraras el sendero que a tu amor te alcanzará. Evoca su nombre y extiende al infinito tu mirada, pues en el encontrarás una  luz celestial que del cielo emana, luz que te conducirá al sosiego y te  llevará a caminar por los paisajes que tanto te deleitaban acompañada de tu enamorado que desde el cielo te reclama. Amante desolada déjate por él acariciar pues  sus manos ceñirá a tu cintura para llevarte hasta su vera para tu espíritu dulcificar.

-Oh, no! Es mucho mi amor, pero este mundo no deseo abandonar a pesar de no gozar de su presencia y las calamidades que en el he de pasar.

Un aire de fresca  fragancia recorrió por todo su ser, y con una excitación emocionada

de aquel sueño Angustias despertó.  Por un instante se aseguró de que no había sido una quimera, que todo había sido realidad, entonces entró en otros pesares que jamás se perdonó.

-¿No me había abandonado?, ¿La muerte su vida segó? ¡Oh, mi Dios, que cruel he sido dudando de su amor!

Triste realidad la mía, a reconocer que me consuela saber que la parca se lo  llevó,  y no fue un abandono lo que de mí lo apartó.



Autora: Escapitina

Registrado

Luisa Lestón Celorio.