¿ Por qué escribo esto?
¿Cuál mi pena, mi tristeza?
¿Tal vez mi angustia?
No se cómo calificar mi estado de ánimo.
Tal vez tú poeta/isa,
puedas entenderme.
No he de decirte si esto es real
o es ficción.
No quiero hacerme el intrigante.
O tal vez lo sea, sin darme cuenta.
Hoy he necesitado interiormente
plasmar estas palabras.
No se preocupen por mí,
estoy bien, tengo salud.
Tengo mi pequeña familia.
Tengo amistades.
No todas las que quisiera.
Tal vez falte una...
Amistad... ¡qué hermosa palabra!
Más si está junto a mí.
Ella... la amistad...
No la eludas, poeta/isa.
No me abandones.
Quédate conmigo. Acompáñame.
Sólo te pregunto...
No, no \"te\" pregunto,
sería en singular.
Rectifico, sólo les pregunto:
¿lamentarían mi muerte,
derramarían una lágrima por mí,
por este poeta?
Si eso sucediese después
de mi partida al más allá...
¿por qué no estamos juntos ahora,
que estamos vivos?
¿sabes lo que es necesitar,
y no tener?
Necesitar... ¿ qué?...
Tal vez presencias,
y no advertir ausencias...
Tan felices éramos todos juntos...
¿y ahora?
Reconozco mis errores.
Tal vez para alguno/a
sea un horror.
Pero... ¿ sabes ? Tengo un alma...
La que tú conoces, poeta/isa.
No me juzguen mal...
No se alejen de mi lado,
de mí... Acompáñenme.
No se yo si cuando muera,
han de derramar una lágrima
por mi ausencia terrenal.
Quiero estén presentes conmigo,
hoy, mañana, siempre,
hasta el día que yo me muera.
Si quieren derramar una lágrima,
háganla hoy, mañana...
y yo me he de enterar.
Y me harán feliz,
porque aún con vida estoy.
Preséntense ante mí,
en vida, hermano poeta/isa.
¿Lamentarían mi muerte?
Ustedes, como yo, vivos están...
No me abandones poeta/isa.
Los necesito tanto...
estas palabras van dirigidas
a sus almas de poeta/isas.
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 21/06/2013)