En mi corazón brotan esperanzas blancas,
halos de luz cegadora,
que opaca la luz de mi aura.
La tibieza de tu presencia,
me cubre en total armonía,
permitiéndome soñar,
y ser la única mujer en tu vida.
Llevo el alma henchida de amor,
atrás ha quedado ese vacío
que entorpecía la razón.
Ámame como yo te amo,
recuérdame tanto,
así como yo te extraño.
No pido más que tus besos,
tan solo tu cuerpo deseo,
un abrazo cada mañana,
y por las noches,
habitar en tus sábanas blancas.