Una tumba para el pasado
que ha decidido por fin partir,
siente vientos en el tejado
que anuncien el resurgir.
Un clavel rojo en mi mano
para decir que te amo,
una sonrisa en tu rostro
para dejar de estar desairado.
Un puño de ilusiones
para golpear la mala vida,
veinte cantos de sirenas
en doce segundos de oscuridad.
Un par de amigos
siempre que sean sinceros,
no de esos falsos fantoches
que hasta me producen miedo.
Una musa, una pluma y papel
para seguir con mis intentos,
setenta gramos de esperanza
para repartir a corazones muertos.
Días de luz y alegría
para saber que es muy bella la vida,
días oscuros de llanto
para aliviarme en tu pecho.
Un canto para mi guitarra,
un buen sonido, una risa,
una mano sobre mi hombro
que me diga: no tan aprisa!
Un momento de sosiego
para perderme en tu mirada,
un beso eterno, un abrazo,
y una caricia inmortal.