El tiempo no vuelve atrás, mucho se ha perdido, cosas sencillas, como saludar, sonreír, el hombre quitar el sombrero cuando entra en un salón, oh una cafetería. Se anda con ropa de playa en súper mercados en la ciudad, ni zapatos ponen, las mujeres con los talones negros e sucios de andar en los paseos, claro que con las uñas pintadas de verde o azul, pero alrededor negras de suciedad. Uñas de gel, manos de no hacer nada, solo pasar en los nuevos móviles. Producidas, pintadas, casi desnudas, jóvenes que en cada dos palabras una es un palabrón. Por el camino de antes quedó, la educación, el respecto proprio, el saber estar e hablar.
Normal las riadas, la destruición, se casi ya estamos destruidos, nosotros los que levantamos edificios, hicimos carreteras, hospitales, fabricas, empleos, que ya casi no tenemos sitio para pasar un rato con los amigos, estorbamos, estamos a más. Si las riadas llevan por delante todo lo que encuentran, a nosotros ya lo hicieran hace mucho,, no con agua sucia, pero con sucias palabras.
Esta generación y la anterior tenían todo para vivir mejor que los ancianos, pero deshicieran todo, con la modernidad salvaje. Todo lo que han podido lo derrumbaran, para ganar dinero a la loca, sin respecto por nada ni por lo que nunca debería ser estropeado.
Andando a buscar un piso, quedo con los pelos en punta por lo que veo. Cajones, habitaciones donde casi no cabe la cama. Pero, ¡tiene hidromasaje! Yo tuve un piso normal, para normales, con cocina, baño, dormitorios amplios, sencillo funcional.
No me admira, que haiga tanto divorcio, están encarcelados, no tienen un rincón privado. Se atropellan se incomodan. Cuando los matrimonios jóvenes, tendrían que vivir en pisos cómodos amplios e alegres. Una ventana tendrán para la calle, las otras solo se ve basura casas cayendo, una miseria. Cansa da stress e empiezan las picardías.
En resumen todos estamos incomodos, sin rumbo, sin sitios agradables para tertulias. Solo pasear sin seguridad ninguna. Cierto sin humo de tabaco, pero monóxido de carbono a montones del trafago. El diablo que elija.
Pobre mundo, lo están matando e no satisfechos intentan estropear hasta la luna que no hizo mal ninguno.
Por mi parte ya he guardado los bañadores, estoy resignada, si tengo que andar de abrigo de piel en Agosto, paciencia es una cosa nueva.
Con las fuerzas de la naturaleza, no me enfado, lo hago con quien con experiencias que no hacemos idea del qué e la están matando.
Ando tan complicada, con todo, que casi me olvido de mis sentimientos amores y quereres. Ya volverán, ya dejare mi alma abierta para contar lo que es ser querida e querer.
A quien está pasando mal por tanta lluvia, desprendimientos de tierras, derrumbamientos e inundaciones, mi solidaridad, con deseo de corazón que los ríos vuelvan a su cauce.
Oporto18 de Junio de 2013
Carminha Nieves