** COPLAS **
Caen las ramas al suelo
mientras gritan los hacheros,
el jardín está de duelo
y lloran a un compañero.
Las pupilas de mis ojos
se asombran ante tu luz,
si encandilan, hay enojos,
se ocultan cual avestruz.
Las blancas hojas esperan
que yo las llene de versos,
pero a veces no me llegan
a pesar de mis esfuerzos.
Campanas repiquetean
al llegar la medianoche,
parece que me alardean
sus placeres y sus goces.
El cartero llegó presto
trayendo gran ilusión.
pero yo sigo molesto
ansiando contestación.
Ayer tarde cayó un mango
y vi su llanto amarillo,
pensé quitarme el amargo,
¡Se lo di a un pajarillo!
La lluvia con su amenaza
pintó el espacio de negro.
A lo lejos veo garzas,
recortándose en el cielo.
El señor de las bodegas
es dulce cual caramelo.
Su riqueza no lo ciega;
todos le llaman: Abuelo.
Nuestro loro parlanchín
necesita un diccionario;
ya recita en mandarín,
un extenso poemario.
Un viejo libro lloraba
con lágrimas de oro puro;
y en el anaquel soñaba:
-¡Qué me lleven con apuro!
AUTORÍA COMPARTIDA:
María Criastina Díaz Villate (Uruguay)
Alejandro J. Díaz Valero (Venezuela)