No son seres extraños,
son tan iguales o mejores que nosotros,
tan solo quieren una oportunidad,
y extienden una mano con humildad
… abierta para recibir pan con libertad.
Están ahí, con sus ojitos buscando calor
… y con mucha sed de paz,
marginados y olvidados,
distanciados de la sociedad por la mala fortuna
o quizás por la indiferencia de muchos.
No tienen una cama ...tienen papeles para dormir
no tienen un plato de comida ... tienen hambre
no tiene zapatos ... tienen pies desnudos,
y todo eso no nos hace diferente a ellos ?
... los INdiferentes somos nosotros.
No piden nada …
pero expresan mucho en sus miradas,
como una solitaria planta en un desierto,
unas gotas de agua para sobrevivir
… no les vendría mal.
No les exijamos cambiar,
exijámonos a nosotros mismos acción,
ellos dependen de ti y de mi,
no sea que algún dia …
nosotros seamos los marginados de Dios.