Quiero que sepas en este momento...
Porque ... creo,
¿Ahora me estás leyendo?
Sé que estás... tan lejos, tan lejos,
como la luna de mis manos
y como la hoja del árbol seco.
No sé si sabrás cómo me siento...
O lo que me sucede cuando te pienso.
No, creo no lo sabes y si lo sabes
guardas silencio.
Mira lo que me sucede
cuando tú llegas a mi pensamiento.
Si estoy mirando desde mi puerto...
te veo plantado en el universo
y si recorro las estaciones, en todas ellas te encuentro.
Si enciendo el fuego de mi chimenea
cuando afuera cruza el invierno,
tu me sirves una copa y me arropas con tu aliento.
No hay nada que de ti, algo no tenga.
Todo eres tú en mi existencia.
Si abro la ventana de mi aposento
llegas airoso, ceremonioso, susurrando el te amo
y pleno de contento.
Si cierro los ojos
te siento en mi alma latiendo
y si mi voz te llama, llegas con el viento.
Cuando me siento triste
me haces sonreir con tu recuerdo...
Si la oscuridad se acerca al trote
llega tu mirada justo en el momento
y llenas de luz mi firmamento.
Ahora... yo estoy segura,
que me estás leyendo
y que tus ojos están sonriendo…
Moverás la cabeza y dirás que loca,
pero así loca… tú me estás queriendo.
¿Y si yo te olvido y tú me olvidas?
Y… ¿Si nos olvidamos?
No, estamos muy atados en sentimientos.
Y si sucediera… Será de común acuerdo.
Ay amor mío, mi amado ausente,
¿Ves lo que provocas con tan solo pensarte?
Nada se ha apagado en mi,
aun hay fuego que arde por dentro,
no hay olvido que pueda olvidarte,
no hay distancia que de mi te aparte.
Siempre estás en mis brazos,
en mi pecho, en mi carne
y en mis ansiados besos.
Liel