Mira primero al alma pura,
la escencia de ser.
Las flecha sin retorno y con proposito;
las flechas del amor y la pasión.
Apuntas en el centro del corazón,
cuales se muestran blandos
y delicados como la mujer.
Cupido flecha primero a la mujer.
Lo hace sin mirar dos veces,
con el proposito de enamorar,
sabiendo que puede terminar;
mal, herido, bien, sin fin.
Aquella flecha que hace que el corazón
le de la espalda a la mente
y que los impulsos
manden indiferencias a la realidad.
Cupido flecha primero a la mujer,
me seguire repitiendo eso:
Cupido flecha primero a la mujer,
porque yo aun la amo.