En el silencio
Están mis labios inertes,
Rígidos e inmóviles;
Mis frases callan
Y el corazón grita.
No he de olvidar recuerdos
Dejare que la prudencia
Sea la madre de mis palabras.
¿Para que hablar sin decir nada?
Mis ojos lo hacen
Una lagrima rodando en la mejilla
Denota mi cálida tristeza.
El brillo de los ojos;
La alegría de mis entrañas.
Y el horizonte de mis sueños;
Escoltando el reflejo de mis deseos.
Rígido semblante
Evoca mi rabia enmudecida
¿Para qué palabras?
Si la intranquila mirada
Desfragmenta la ternura
En el silencio se talla
La ley sublime y discreta
Las frases frías y vanas
Se han marchado por mi silencio.