A MI HIJA
Mi niña tiene un corazón blanco,
tiene una mirada de cristal;
muchas sonrisas siempre le arranco
con mi trato de padre especial.
Ella es simpática y transparente,
y le encanta hacer amistades,
habla mucho con toda la gente,
sin importarle las edades.
Siempre le hablo de Dios, de la biblia,
y de buscar lo espiritual,
del amor hacia la familia
y todo lo que es fundamental.
Me gusta verla con sus muñecas,
será toda una madre ejemplar
y por sus gestos, por sus muecas
diría que sabe aconsejar.
Le he enseñado a que siempre agradezca,
a nuestro Dios, si triunfa o fracasa.
Ella sabe que no quiero que crezca
para verla siempre al llegar a casa.
Ella sabe que la amo, que la adoro,
sabe que es la mitad de mi vida,
mi estrella; mi cielo, mi tesoro
y la llama que en mi alma está encendida.
Autor: Jareth Cruz
Todos los derechos reservados
San José, Costa Rica.