No pude contemplar tu rostro.
No pude estrechar tu cuerpo.
No pude ver la luz de tus ojitos.
No pude acariciar tus cabellos.
No pude susurrarte bajito
lo mucho que te quiero.
No pude besar tus tiernos labios
para recoger en mi pecho
la exhalación de tu alma.
No pude, mi amada hija,
saber por un momento
lo que era sentirte mía.
Pese a tanta negación,
con tu alma, bien mio,
he logrado quedarme yo.
Luisa Lestón Celorio:
Dedicado a mi difunta hija L.
2011-30- 06-
Luisa Lestón Celorio