Y me dejaste enredados
en tus cabellos mis dedos,
y la Luna se escondía
entre los montes y el cielo,
mientras tu boca buscaba
en mis labios tus deseos
que se fundían ardientes
en el horno de tus besos.
Anoche yo te buscaba
y tú me abriste tu puerta…
y en un abrazo profundo
me llevaste a las estrellas,
donde tus ojos brillaban
con lágrimas sin respuesta,
y te perdiste en mi pecho
agarrándote con fuerza
mientras mis labios besaban
tu sonrisa predispuesta.
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