El horizonte
engulle agua y cielo.
Bautismo de pies
bajo la espuma
de olas aceradas.
Extraño mar cobrizo
reta a duelo
un sol llameante.
Misticismo y guijarros.
Apertura de plexos.
Donde la arena
despoja su humedad
ruedan confidencias
por los médanos.
Conspiración de virtudes divinas
que disgregan trinidades.
Con las zapatillas al hombro,
el Padre de Dios,
regresa de la playa.