Si supieras cuanto te pienso
seria todo diferente,
que todo el día estás presente
en cada acto que realizo.
Pensarte es una reverencia
diaria a lo imposible,
un descargo de tristeza,
esperanza de felicidad
y baño de fría realidad.
Ya es una rutina,
rutina que al tratar de evitar
se me hace más difícil olvidar.
Pienso en muchas cosas y
te odio un minuto...
Pero no puedo, odiarte me mata
y me hace quererte aun más.