Eres como un extenso campo de orquídeas,
bonitas, variadas, perfumadas,
liso, muy liso, sin obstáculos,
para que mis torpes pies no tropiecen.
Eres mi noche mágica, noche serena,
noche cuajada de estrellas.
Estrellas fijas y fugaces
que se persiguen una a otras
como un cortejo de enamorados.
Eres mi ángel, el ángel que me protege,
sobre todo de mis fantasmas.
Esos fantasmas que recorren mi cerebro
y me llenan de tristeza y soledad.
Eres fuego, fuego que no quema,
fuego que ilumina mi camino perdido,
que me ayuda a encontrar
nuevas sendas a recorrer.
Eres, sobre todo, esa amiga especial
que sólo se encuentra una vez en la vida.
FÉLIX