¿Sabes? hoy es un día muy especial para mí.
Me encontraba esta mañana
preocupado, melancólico, indeciso.
Entré a la iglesia, hice mis oraciones
por los enfermos, los desocupados,
los sin techo, los pobres, los infelices.
Y te encontré a ti. ¡Qué placer
y alegría sentí en mi corazón!
¿Recuerdas ese momento?
Me acerqué a tu lado,
y te besé la mejilla izquierda.
Tú me tomaste de la mano,
y nos las apretamos fuertemente.
Sin palabras.
Contemplando la imagen de los santos
permanecimos en silencio,
cada uno pidiendo, para después ser otorgados.
Tu presencia me alentó,
me serenó, y me sentí feliz.
Dejé de lado todas las preocupaciones
porque estaba a tu lado.
Y en un lugar santo.
Muy bajito nos prometimos amor eterno.
Nos hicimos la ilusión de vernos
en un tiempo no muy lejano,
los dos allí, esposándonos.
Teníamos lágrimas en los ojos.
Señal de que ambos teníamos
el mismo sentimiento
de amor, comprensión y paz.
Siempre, siempre, siempre,
tu presencia me hace feliz.
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 26/06/2013)