En un alborozado y alucinante despertar,
de una gélida mañana invernal,
viene a mi, tú más bello recuerdo,
como una apasionada Anfitrite, Diosa del mar.
Tú, que has inquietado, despertar mi musa,
dejándome surcar, por los mares de tú ensueño,
enredándome en tú cabellera, finos rayos de sol,
has logrado encender, la llama viva de mi amor.
Quiero ser tú libertad, tú eterna fantasía,
un mar alborotado de todos tus puertos,
llegar cada momento, acariciar tus playas,
estar contigo eternamente, en el ocaso de la tarde.
Ver resplandecer tu áurea, que irradia poesía,
a pesar de la distancia, tu aliento como un suave viento,
que llega sin cesar, agitar mis aguas,
envolviéndome tiernamente, en tus preciosas olas.
Sentir, embelezado tú refrescante brisa,
cubriéndome, con tus rocíos platinados,
y escuchar por siempre, los melodiosos latidos,
de tu inspirado y apasionado corazón.