Las personas que estamos enfermas
lo estamos pasando muy mal, y sin
embargo las sanas no sé como lo pa-
sarán. Creo que no son tan compren
sivas como las que sufrimos el mal pe
ro llevamos con resignación la cruz que
Dios nos da. Cuando tenemos ayuda de
los demás nos sentimos muy felices en
nuestro caminar; no deseamos mal a na-
die, que pase lo que tiene que pasar, pe-
nosotros sufrimos en silencio y con la es-
ranza de que un día esto nos mejorará y
si no paciencia y eso sí: amor hacia los -
demás; porque el amor es lo más impor-
tante que puedes dar. Cariño y amor es
igual y no desear el mal que tú tienes a
los demás.