Extraña desolación,
cuando escribo una carta, en la distancia
inmersa en mis pensamientos, que no dejan de tenerte cerca
una y otra vez.
Cada segundo,
minuto,
el tiempo es eterno, al no saber de ti.
Abstraída en esta situación,
mi mirada se destiñe en profundos colores obscuros.
Mis pestañas se humedecen,
y mis ojos, repercuten en lágrimas,
su final, es la carta impregnada de ellas
de místicas lagrimas sinceras,
la que guardaré, de recuerdo,
a mi amor por ti.
Es la única verdad,
que retorna de mi alma,
no puedo escapar para liberarme de ella...!!
Uriana
26-06-2013