Hay un tiempo
para el hombre
y otro para Dios.
¿Cómo medir
el parpadeo
de una estrella?
¿Cuánto transcurre
entre el tic tac de un reloj?
El amor
tiene algo
de divino
cuando se vive
el placer
de la hora veinticinco.
Sólo así
se entiende
que la vida
quepa en un segundo
y que tus ojos
marquen
mi compás de espera.