Hoy con manos vestidas de gala
te festejo otro año de vecina muerte
te anido bajo alas negras de murciélago
apropiadas en el callejón donde
comulgaste de hinojos y rodilla
en tierra
Mirá que ahora soy el desángel
que hará de vos una reina
casi olímpica
y nunca retornaremos al mundo correccional
que padres tan bien montaron.
Deciles ¡bye!
a su cárcel
no
vuelvo
más