Yo sé de ti hasta lo que crees que no sé,
sé de tus más prohibidos pensamientos,
cuando sueñas conmigo como ayer fue
y esos sueños se te vuelven sentimientos.
Sé de ti hasta lo que no dices por miedo,
el lenguaje de tus ojos nunca me miente,
estoy tan dentro de ti que adivinar puedo
y todo es verdad, innecesario que invente.
Hasta lo que no quieres que sepa ya lo sé,
tú no me puedes engañar. No a mí ¿viste?
Es que hice un tour por tu alma y encontré
besos ardiendo en fuego que por mí existe.
¿Cómo se puede engañar si la verdad brota?
Aunque a veces tu enojo me esté hiriendo...
Puedes decirme que no me amas y se te nota
hasta en tus consonantes que estás mintiendo.
Ah, qué malo será para ti que yo sepa tanto,
¿y tus amores anteriores tanto de ti sabían?
A mí no puedes ocultarme ni siquiera llanto,
porque tus lágrimas la verdad me contarían.
Son ésas las consecuencias de enamorarnos,
que no hay cabida en el alma para embustes,
es cierto que de adivinos pudimos graduarnos,
tanto sabes de mí como yo de ti, no te asustes.
Tampoco trates de poner en blanco tu mente,
porque ni siquiera así me estarás engañando;
yo sé si no piensas o piensas en mí solamente
y sé si los deseos de verme te están matando.
No sé trata de que yo tenga un extraño poder,
te repito que entré a tu alma y ahí te descubrí,
tantos a los que pensé que podías amar mujer
y ya lo ves... resulta que sólo me amas a mí.