Estaba aquel guerrero embravecido
deseoso de cebar a los mil diablos
con el alma del bellaco mal nacido
que peleaba con fiereza en otro bando
Buscando gloria y fama en esa guerra
la muerte del campeón el precisaba
glorioso héroe de sus enemigos.
La victoria en sus hombros descansaba
Corriendo por el campo de batalla
encontróse finalmente al enemigo
campeón de mil batallas conocido
y trabaron fiera lucha sin tardanza
Las espadas cual meteoros centelleaban
y los escudos, cual rastrojo se partieron
Y los golpes como granizo cayeron
Mientras piel, carne y hueso penetraban
Cayó aquel retador muy mal herido
sintiendo la vida irse por su cuello
miró de nuevo fiero a su enemigo
jurándole torturas y degüello
Se miraron un instante por encima
de todo el estupor de la pelea
comprendiendo lo vacías que resultaban
Las esperanzas que llevaran ese día
No pidieron perdón ni comprensiones
Pues los dos sabían como soldados sus motivos
\"vivir sin miedos ni cavilaciones,
matar rivales sin piedad de ningún tipo\".
Eran hombres de la muerte y la matanza
guerreros hechos solo para ella
soldados que sin luchas de conciencia
Se matan por cumplir una ordenanza
Y la guerra continuó como si nada
miles de soldados más murieron
hijos, padres y hermanos que se fueron
Sin volver a ver jamás su antigua casa
Al final, Aquel guerrero supo como todos,
que las guerras surgen de los reyes y su usura,
la pelean guerreros sin conciencia alguna,
Y la ganan siempre los cuervos y los lobos