En este extenso andar por la vida,
he hallado la felicidad,
las alegrías por los fugaces triunfos.
La sonrisa de seres presentes,
a pesar de sus malhumores,
y también por los míos.
Llega mi final en esta competencia
de sentimientos, deseos,
frustraciones y alegrías.
Comencé este andar desde el principio de esta franja
que se transformó en un extenso trayecto,
un largo camino recorrido,
con alegrías y tristezas.
Así es la vida de todos nosotros,
los que vivimos en este mundo,
tan variable.
Mundo cambiante por nuestras actitudes,
a veces adversas a lo que tenía que ser.
¿sabré expresarme para hacerme entender?
Entendernos los unos a los otros...
a veces qué difícil es.
Tenemos actitudes solidarias,
nos entregamos hacia otras personas
con alma y vida, y después, hay un cambio.
Un cambio que no llegamos a comprender.
Tan variables somos los seres.
Los de esta era, los de este tiempo.
Antes, todo era distinto.
Hace años... existía más la comprensión.
¿De qué? de la gente hacia la gente.
Una forma de vida distinta.
Podíamos salir a la vereda
en pleno verano a charlar,
reírnos, tomar una copa,
sin temor... con alegría,
y hoy todo es cuidado,
todo es temor.
Debemos estar protegiéndonos
de esa sombra bajo la luz de la luna,
que al final, tal vez, es
nuestra propia sombra.
Estar en la vereda con la puerta
de nuestra casa abierta.
Ahora tenemos que ponerle rejas.
Negocios con alarmas, protegidos,
pero igual roban, hieren y asesinan,
por unos míseros pesos...
si te resistes, puedes encontrar la muerte...
miedos, pánicos, desconfianza, prevención...
Llega mi final,
estoy alcanzando el final de este
extenso camino de la vida.
Quisiera aturdirme, ser más valiente,
y arremeter contra estas adversidades,
pero siempre la maldad gana.
Supera ella a los sentimientos
buenos... que te transforman
a igualar personalidades maléficas...
me siento detrás de una entreabierta ventana,
contemplo el exterior,
poca gente se percibe en las calles...
claro, es un poco tarde, y hace mucho frío...
no quisiera que la temperatura baja,
enfríe mi estado de ánimo,
y menos mi alma.
Absurdos tal vez mis pensamientos...
no quiero llegar a confirmar
que la vida es un absurdo,
una mentira permanente...
La verdad la guardo en mi alma,
pasa que estoy un poco cansado,
de sentir injusticias y maldades.
Enciendo la televisión,
escucho promesas que no han de poder cumplir,
no creo en este momento en ninguno de ellos,
se ubican en sus cargos, y el pueblo,
al menos parte de él, seguirá muriéndose
de hambre...
Veo que han robado a gentes en las calles,
en los subtes, en los ferrocarriles...
trenes que chocan... quedan cientos de heridos,
y muchos muertos, que sus deudos tienen que llorar...
precios elevados, todos los días nuevos precios,
nuevos incrementos...
Nuestro pan de cada día,
in crescendo, la preocupación gubernamental
por la joya del día, el pan...
¿Cómo llegará a su final esta puja de poderes?
Estoy perdiendo la fe en mi país.
La verdad, en nadie creo...
ojalá podamos seguir viviendo
sin tener que salir a la calle
a pelearnos con nuestros hermanos...
¿crees que no estoy muy alegre hoy?
Es una realidad, insólita, despiadada, cruel...
llega mi final... de este extenso y largo camino...
¿qué he de encontrar en el final de él?
La felicidad de nuestro pueblo...ojalá...
o tal vez mi final de vida...
Cansado estoy, muy cansado,
los cotidianos sucesos, van in crescendo...
que la vida nos depare una disminución
de estados de ánimo.
¡Pueblo, digamos basta, de una buena vez!...
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 28/06/2013)