Hermano tan lejos estas, quería abrazarte e no puedo. Hermano tanto te quiero e nunca te lo he dicho.
Hermano, eres mi Familia, no tengo mucha más. Se fueran casi todos, quedamos más solos.
Con llanto me junto a ti en la distancia, pues te necesito, quizá también tú me quisieras abrazar. Desde niños fuimos cómplices en nuestros juegos, ¡cuánta juerga hicimos! Nos separamos siguiendo nuestro camino, otra Familia construimos, distintas, pero nunca tuvimos una discusión. Nunca dejamos de ser verdaderos hermanos.
En este momento en la ignorancia de lo que está pasando e te duele, yo quería ser viento e ir junto a ti.
Quería poder sanar tu dolor devolviendo lo que la vida te está quitando algo que amas e nunca olvidaras.
Mirando fotos antiguas, me viene el recuerdo, de cómo éramos unidos e amigos. Andabas con un palo delgadito, esgrimiendo con las viñas como si un duelo de espadas fuera, pero no las estropeabas. Yo en la bici amarilla sin aire en las ruedas de nuestra hermana, intentaba aprender a andar en ella.
Por la finca tú con tus pantalones de golf, se usaban mucho, paseábamos la gatita que habíamos traídos de la otra casa donde vivíamos. Todo era nuevo, todo nos daba placer, pues de la ciudad a la finca maravillosa, era todo distinto.
Hicimos un grande agujero bajo el naranjal, le llamamos piscina e nos metemos dentro, después de llenarlo de agua. Salimos negros de tierra, a mí me metieran en un tanque cogida por los tirantes del bañador e después en la bañera, tú como eras mayor fuiste antes de mi a bañarte en ella.
Eras tan simples, sin maldad, dulce, fuiste un grande hermano y lo sigues siendo.
Verdad que por destino te fuiste al otro lado del mar inmenso. Pero te he echado de menos siempre.
En momentos difíciles hable contigo, como si aún fuéramos los críos que jugaban en la finca.
Hoy sé que lo estás pasando mal, con un disgusto sin medida, pues es enorme, quería estar cerca, solamente estar.
Me pregunto por qué tanto dolor, lo pasamos sin haber hecho nada de mal. En estos momentos sabemos lo que somos, casi nada, pues no está en nuestras manos, hacer milagros e es lo que hace falta en tu vida e también en la mía. Razones distintas, la tuya no se compara con la mía. Es mucho mayor.
Hermano, en situaciones terribles, volvemos sin querer, a algo que no pensamos, somos niños esclavos de fuerzas desconocidas que aplastan, la voluntad de seguir a vivir. Te digo, por mucho que se llore, no ahoga nuestro dolor.
Con tremenda rabia de no poder hacer nada, mi corazón te mando, con mucha fuerza para que aceptes la voluntad de Dios. Todo es insignificante todo es estúpido, cuando pensamos el cuanto nos hemos enfadado por cosas que con maldad o ignorancia nos hicieran.
De tu vida, algo que amas, algo que es tu vanidad e orgullo, se está marchando, pero créeme, nunca te dejará pues en tu corazón eternamente quedará..
Oporto, 21 de Junio de 2013
Carminha Nieves