Amo a ese hombre porque
hay en su mirada fuego,
sus cálidos labios dan inicio
a una aventura que no tiene fin,
sus manos tienen la llave que abre
las puertas de un erótico juego
y su voz pronuncia frases tiernas
que elevan mi espíritu
y son nuestros cuerpos que se van juntando
y nuestras almas que se van entregando
y los acelerados latidos del corazón
siguen sus mismos ritmos
el entorno es propicio para la ocasión
nos acoge celosamente para nuestra
entrega total
y así llegamos al paraíso terrenal
aunque la gente hable que son
pecaminosos encuentros
que más no da si para nosotros...
“es puro y celestial”