ANEUDIS PEREZ

UN POEMA PARA REFLEXIONAR

MUERTE Y CRUXIFICCIÓN DE JESÚS

 

Son las nueve del día, el sol se escapa…

encima del calvario está su cruz,

clavado mano a mano,

con los brazos abiertos al madero,

pegado está su cuerpo, está clavado,

clavado está Jesús.

 

A un lado del Maestro yace un hombre

que atado a otro macizo imita el mundo,

y le dice a Jesús en un segundo:

‘si eres Dios… bájate/ de esa cruz’.

Escuchándole el otro a su derecha

le dice a éste hombre vil: no tienes mente,

porque aquí estás al borde de la muerte

y aun no tienes piedad de éste Jesús…

mas nosotros pagamos nuestra causa,

se nos ha acusado rectamente,

pero a este hombre bueno, injustamente,

se le acusa por ser hijo de Dios.

el ladrón de la cruz así lo hizo

y le pidió a Jesús morar consigo

y el Señor le miró y le dijo:

‘hijo… desde hoy te veré en el paraíso’.

 

Llegó la hora final, la hora novena,

a las tres de la tarde el viento avanza,

sobre una calavera el sol se escapa

y clavado al madero está Jesús…

abre de par en par su alma al viento

y encomienda su espíritu al Dios eterno

¡Se eleva una paloma, al cielo azul!

 

De repente en su furia el manso viento,

hace bramar las olas/ cruje el tiempo,

la tierra cae a prisa, se pierde el suelo,

el trueno se enfurece, se nubla el cielo

y al gemir los sepulcros ya se abrieron,

tembló el templo y se rasgó su velo,

los santos caminando por la calle/

el Cristo del madero va al sepulcro,

en confusión total yace este mundo…

¡En verdad que el si era/ el hijo de Dios!

 

En sabanas envuelto, perfume y mira,

su tumba la sellaron y soldados

al frente de la piedra se pusieron

el cuerpo del maestro a vigilar.

durante esos tres días ‘gran suceso’

Jesús vencía la muerte, vencía al maligno,

glorificado ere el rey eterno

y lleno de poder… ‘resucitó’.

 

Por eso ya no hay más que andar llorando

ni recordar con pena su desvelo,

Jesús es alegría, él es consuelo,

Jesús, él es la vida, es el amor…

la luz que alumbra al mundo en las tinieblas,

el cordero inmolado, es el Señor.

 

Jesús resucitado quien subió al cielo,

sentado está a la diestra de mi Dios,

Jesús, Jesús de vida, Jesús eterno,

es el alfa y la omega, mi salvador,

Jesús, Jesús querido… cuanto te quiero,

por siempre yo he de estar con mi Señor.

 

 

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