Amiga, cuantas soledades me hicieron de ti,
qué caminos se alejaron de nuestro latido?
Los ríos siguen corriendo hacia el mar,
el invierno quiso adherirse a la piel.
De pronto se nos fue rompiendo la esperanza,
alejados por estaciones, ebrios de silencio.
Y así, tu y yo estábamos juntos,
unidos como el crepúsculo y la noche,
juntos desde el alma hasta el verso,
amándonos sin distancia ni tiempo, sin nostalgia ni sangre.
Pensar que solo amarnos había servido,
ahora lo sabemos, amarnos juntos tú y yo